Redacción
El triunfo es un asunto de perspectiva, lo que para algunos es una gran victoria, una meta en la vida, para otros no es sino un pequeño logro. Pero no para Florencia y Vicente, para ellos la definición de éxito es la misma, y cuando esta pareja de triunfadores se enfrenta al divorcio, ambos buscan salir vencedores; ganar significa no obtener la custodia de los hijos y seguir triunfando en el trabajo.
Esta es la premisa de Papá o Mamá, la más reciente película del director Ernesto Contreras, quien tras cintas como Sueño en otro idioma o El último vagón, da un giro en su carrera y entra de lleno al cine de grandes audiencias.
La película presenta una trama sencilla, una pareja que en algún momento sintió una gran atracción el uno por el otro, ahora están a punto del divorcio. La amabilidad y amistad que los une se ve puesta a prueba cuando ambos reciben la oportunidad de un ascenso laboral que implica mudarse del país, sin poder decidir quién pondrá sus sueños en pausa para que el otro avance, dejan a sus tres hijos hacer la elección, para ello ambos padres tratan de convencer al trío de que ellos son la peor opción con la cual vivir.
Una identidad propia
Papá o Mamá es la versión mexicana de la cinta francesa del mismo nombre, dirigida en 2015 por Martin Bourboulon. Sin embargo, Ernesto Contreras cuenta que cuando fue invitado a dirigir la cinta se les dio, tanto a él como a los guionistas, total libertad creativa para que este proyecto tuviera una identidad propia. Fanie Soto, colaboradora de Contreras en Cosas imposibles, fue la encargada de transformar la comedia francesa en un producto para las audiencias nacionales.
“A partir de la versión original que es francesa, y que es muy francesa, decidimos convertirla en algo nuestro, más allá de la mexicanidad, el tipo de historias que me gusta contar, de la forma en la que me gusta abordar los personajes y explorando un género tan complejo como es la comedia. Fue cuestión de estudiar muchísimo el género, cuestión de entenderlo, comprender los dispositivos a afinar para contar esta historia. También tuvimos que olvidar la versión original, olvidarla para crear la nuestra y responder a lo que se necesita para hacerla completamente nuestra”, cuenta Ernesto en entrevista.
Con colores brillantes, una edición rápida, pista musical pop y un reparto que tiene a la cabeza a Mauricio Ochman y a Silvia Navarro, es imposible confundir esta cinta con los trabajos previos de Contreras. La primera comedia dirigida por el cineasta veracruzano es un experimento de estilo en el que se notan los cánones del género, con lo que toma una historia que bien podría ser un drama costumbrista y aplica las convenciones cómicas para transformarlo en, prácticamente, una farsa.
“En primer lugar (la comedia) debe estar en papel, después debe tener claridad tonal y rítmica que la historia requiere y que el proyecto necesitaba. Eso se consigue al construir junto con todos los colaboradores de los departamentos, después es el encuentro con los actores, algunos de ellos ya tenían una experiencia importante en el género y su trayectoria ayudó a construir a los personajes desde el trabajo de mesa. Todo esto para lograr el tono y el ritmo que dieran a la película ligereza, por un lado, sin perder la complejidad de lo que se cuenta en pantalla”, apunta el director de la cinta.
Un nuevo reto
A pesar de que esta es la primera comedia de Ernesto, él no es nuevo en el mundo de los sets y las pantallas. Con media docena de películas en su haber, Contreras ha construido un equipo sólido con el cuál enfrentar este nuevo desafío.
El cinefotógrafo Tonatiuh Martínez, la directora de arte Diana Saade, y la guionista Fanie Soto, son algunos de los viejos conocidos de Contreras que vuelven a colaborar con él. “No solo fue un reto para mí sino también para mis colaboradores que venían de otro tipo de películas y decidieron junto conmigo clavarse en este género, estudiando y encontrando los elementos para armar la ecuación y que en pantalla se vea el resultado que queríamos”, señala Ernesto.
Las cintas de Ernesto Contreras son filmes de gran calidad artística, sus premios y nominaciones lo respaldan, y aunque son muy bien recibidos por la crítica no pretenden llevar a multitudes a las salas de cine. Ejemplo de ello es su película Sueño en otro idioma, que fue la mayor ganadora de los premios Ariel en la edición de 2018; sin embargo, sólo recaudó 3.7 millones de pesos durante su exhibición. En esta nueva etapa de su carrera el director veracruzano se une a Videocine para traer una cinta cuyas ambiciones se pueden medir en taquilla.
“A mí me interesa mucho seguir creciendo y aprendiendo como director, me interesa la experiencia del género, sí, pero también lo que significa hacer una película con un estudio como Videocine y asumir el reto de una película que resulte comercial.
“El paso al cine comercial no significa que no regrese a mis películas y proyectos personales, ahí hay un par de cosas que estoy desarrollando para el próximo año”, comenta el director de Cosas imposibles, cinta distribuida por Videocine y que abrió las puertas a la relación entre Contreras y el estudio.
El objetivo de la cinta es muy claro, entretener. Su director lo sabe. Desde el póster se anuncia que es una comedia ligera y para toda la familia, con el respaldo de Videocine y las caras de Ochman y Navarro, la película busca apelar a un público amplio.
Por todo ello, las expectativas de su director son altas. “Esperaba que cuando viera la película viera lo que imaginamos, que mucha gente se sienta identificada con la cinta y se divierta. Ahora que se está viendo la película hay mucha emoción por la recepción y hay mucho entusiasmo y expectativa” remata el director de cine.
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