Redacción

El restaurante Olivea Farm to Table, ubicado en el corazón del Valle de Guadalupe, ha sido reconocido por la Guía MICHELIN 2025 con dos de sus más importantes distinciones:

• Una Estrella MICHELIN, por su excelencia culinaria.
• Una Estrella Verde MICHELIN, por su compromiso ejemplar con la sostenibilidad.

Ambas validan una propuesta en la que el lujo contemporáneo no se mide por el artificio, sino por la honestidad de sus ingredientes y la conexión con la tierra.

UNA ESTRELLA MICHELIN: EXCELENCIA CON RAÍZ MEXICANA

La primera Estrella MICHELIN reconoce la propuesta del chef Eduardo Zaragoza, quien ha construido una cocina profunda y estética, basada en ingredientes locales, técnicas de cocción cuidadas y una narrativa que honra los tiempos del campo. El menú cambia con las estaciones, prioriza el producto sobre la forma, y transmite una sensibilidad que ha enamorado a comensales nacionales e internacionales.

“Esta estrella representa un reconocimiento a lo esencial. A todo lo que no se ve: sembrar, esperar, cuidar. Cocinar bien es también sembrar bien”, comenta el chef.

UNA ESTRELLA VERDE MICHELIN: LA SOSTENIBILIDAD COMO FILOSOFÍA DE VIDA

La Estrella Verde MICHELIN se otorga a proyectos que trabajan con conciencia medioambiental de manera integral. En Olivea, este compromiso es parte del ADN del lugar: desde el uso de insumos cultivados en su propio huerto agroecológico, hasta la implementación de compostaje, cero desperdicio, y alianzas con pequeños productores regionales.

“Nuestro huerto es el centro de todo. Lo que servimos es un reflejo de lo que cuidamos cada día. No hay menú sin tierra”, añade Zaragoza.

Esta estrella posiciona a Olivea como uno de los pocos restaurantes en México con un enfoque de alta cocina que también lidera en responsabilidad ecológica.

UNA EXPERIENCIA DE DESTINO EN EL VALLE

Rodeado de viñedos, lavandas y montañas, Olivea es más que un restaurante: es una experiencia de territorio. Su arquitectura abierta se funde con el entorno, su servicio es cercano y cálido, y su filosofía —slow food, lujo simple, origen— se refleja en cada detalle. Esta doble distinción MICHELIN confirma que el futuro de la gastronomía está en volver a lo esencial.