- Hacer Relaciones Públicas es contar historias.
- Has estado haciendo Storytelling para marcas y probablemente ni siquiera lo sabías.
Como profesional de Relaciones Públicas, es probable que no te consideres como narrador de historias. Sin embargo en nuestra profesión es lo que hacemos todos los días.
Tratamos de vender historias, esa “carnita”, ese contenido que resulte irresistible a los periodistas para lograr que hablen de la marca que representamos. Además seguimos las historias en las noticias, las revistas, los sitios web y trabajamos muchas veces con profesionales de los medios para desarrollarlas.
El contar una buena historia ha hecho la diferencia en la industria de las Relaciones Públicas que tan sólo en el 2013 creció 11% de acuerdo al informe realizado por The Holmes Report e ICCO*. Siendo la primera vez, desde el año 2008, que este negocio crece dos dígitos.
¿Por qué contar historias?
La narración en relaciones públicas y marketing tiene una base científica. Contar historias es una forma eficaz de comunicar. Y por “eficaz” me refiero a que provocan un cambio en nuestras audiencias.
Leo Widrich publicista y co fundador de Buffer, resume la investigación sobre cómo el contar una historia afecta a nuestro cerebro**. En primer lugar, escuchar una historia, activa más áreas de nuestro cerebro y estas se iluminan, como si estuviéramos viviendo la historia nosotros mismos.
Otra cosa maravillosa que sucede en la narración es el acoplamiento neural, lo que significa que tanto el narrador como su audiencia se sincronizan y sus cerebros en ese instante se iluminan y funcionan de la misma manera; como cuando le contamos a un niño un cuento. A esto le llamamos “enganchar” a la audiencia.
¿Cómo hacer una historia que enganche?
Sabemos que las historias son una gran herramienta de comunicación. Pero, por supuesto, algunas historias son mejores que otras. Aquí lo que debe tener una historia irresistible:
Una buen trama
La trama es la estructura de una historia. Hay un comienzo, un desarrollo y un final. El comienzo nos introduce en un conflicto o crisis. El desarrollo muestra los esfuerzos para resolverla. La tensión se acumula hasta llegar a un clímax o el punto más alto de la historia. Y esta termina con el éxito o la decepción de un conflicto.
Un héroe
Nuestras historias más queridas son aquellas en las que hay un héroe o heroína, que bien puede ser el producto, la marca o una persona que llegan a solucionarnos a los simples mortales la vida y provocar que el público se relacione con ellos de alguna manera.
Un buen final
Ya sea feliz o trágico, el final de una historia debe satisfacer a la audiencia. La mayoría de la gente quiere una historia que termine con un “felices para siempre.” Pero algunas historias deben terminar en desastre. Por ejemplo una moraleja necesita un final infeliz para ser eficaz.
Lo que todo esto nos dice, es que cuando escuchamos una historia, tendemos a ponernos en el lugar del protagonista y, al menos en lo que se refiere a nuestro cerebro, podemos experimentar lo que está sucediendo en la historia.
Como resultado, las emociones se despiertan, los pensamientos se plantan en nuestra mente creyendo que son nuestros y por lo tanto actuamos en consecuencia.
En otras palabras, el storytelling o narración trabaja eficazmente en relaciones públicas y mercadotecnia, ya que nos permite conectar con nuestro público y llevarlos a un viaje. Un viaje que estimula los sentimientos, ideas y actitudes coherentes con nuestros objetivos de marketing.
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